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14 sept 2020

CASUALIDAD, CAUSALIDAD Y CONCATENACIÓN NECESARIA...


La falsa atribución de una causa a un efecto es la base del pensamiento mágico. Por lógica sabemos que nada que ocurre después de algo puede ser su causa, pero no todo lo que ocurre antes de algo es necesariamente su causa, aunque ocurra siempre y ambos fenómenos guarden una relación de simultaneidad o de sucesión temporal. Para hablar de causalidad tiene que existir una concatenación necesaria entre ambos fenómenos, es decir que el fenómeno A provoque necesariamente el fenómeno B y no pueda no ser que A desencadene B. 

Pero ricemos un poco más el rizo: Supongamos que nos encontramos en una estación de tren. Poco a poco observamos cómo van llegando viajeros al andén. Al poco tiempo llega el tren. ¿La afluencia de viajeros (A) es la causa de la llegada del tren (B) o es precisamente lo contrario? La lógica simple nos impulsa a considerar la llegada del tren (B) como la causa de la afluencia de viajeros (A) aunque la llegada haya sucedido después. Pero ¿realmente ha ocurrido así? ¿No existe otro elemento ajeno a A y B a tener en cuenta en esta relación? Si los viajeros no tuvieran la expectativa de la llegada del tren, no acudirían al andén; y el tren está allí porque hay viajeros esperando su llegada. El diseño del horario (C) es la causa de que tanto A como B estén en ese preciso momento ahí y tanto los viajeros como el tren son sus efectos. Un elemento mental, ideal, de expectativa conocida, de planificación teórica… es la causa última de los dos acontecimientos posteriores. C es la causa de B y de A. 

Y aquí es donde empezamos a hacer filosofía: 
  • ¿En cuántas relaciones causales A -> B nos estaremos dejando escapar la causa real C simplemente por no considerarla?
  • ¿Cuántas planificaciones intelectuales previas (C) están detrás de las relaciones causales que asumimos como A -> B? 
  • ¿Cómo podemos descubrir las causas subyacentes que simplificamos sin ser conscientes de ellas?
  • ¿Puede haber relaciones causales A -> B que no se rijan por una causalidad real sino que sean una manipulación arbitraria aceptada irreflexivamente? 
  • ¿Se te ocurren ejemplos de ello? 
  • ¿Puede afirmarse que quien domina la información y genera las expectativas está generando relaciones causales de las que podemos estar ajenos? 
  • Si la ciencia se basa en gran medida en el principio de causalidad (no demostrado, como ya expuso Hume) y hay (o puede haber) algo más allá de la mera causalidad comprobable, ¿puede la ciencia estar simplificando sus resultados al prescindir de esta hipótesis? 
  • ¿Puede ser precisamente la filosofía la que ayude a la ciencia a llegar al fondo de las relaciones causales? 
  • ¿No sería bueno practicar cierto escepticismo ante las explicaciones causales no sea que se nos haya escapado algo? 

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